jueves, 9 de junio de 2011

¿Vocación o no morir de hambre?

¿Elegimos realmente nosotros ser profesores para enseñar a los demás el arte que profesamos con profusión, o simplemente lo hicimos a modo de tener algo de lo que podamos vivir?

Difícil, puesto que seguramente la idea de ser músico profesional, como pianista de concierto o guitarrista de una banda de rock, nos lleva a la conclusión (y a nuestras familias, quienes pagan finalmente!) de que es una profesión arriesgada, que consumirá nuestra vida y que no tiene altas espectativas económicas ni laborales.

Pues es exactamente igual para un profesor de música.

En el libro Niebla de Miguel de Unamuno, la madre de Eugenia le llama la atención a su hija, profesora de piano, acerca de que la música no sirve para nada más que para enseñarse. Para una seria reflexión acerca de nuestra vocación, invito a vosotros a pensar acerca de qué es lo que están haciendo.

1 comentario:

Datos personales

Mi foto
Adefesio inhumano, mitad vampiro mitad Bejnamín Vicuña, que dedica sus noches a romper pianos.